¿Por qué sí deberías escribir en los libros que lees?
Desde hace años tengo la costumbre de reseñar todos los libros que voy leyendo. Una costumbre que me obliga a hacer una lectura más activa y crítica. A veces, con un solo libro, puedo llenar un buen puñado de cuartillas en las que recojo casi todo lo que se me pasa por la cabeza durante la lectura, desde impresiones de toda clase a citas literales o fragmentos que me llaman la atención. Ahora bien, a pesar de seguir este método de lectura a rajatabla con cada libro que pasa por mis manos, no soy muy amigo de escribir en los propios libros. Alguna vez lo he hecho, y aunque no es fácil encontrar en mi biblioteca libros anotados los hay, sobre todo con poesía. Pero que yo no lo haga no significa que opine que aquellos que sí lo hacen estropean los libros
Para muchos lectores, sin embargo, escribir en un
libro es poco menos que una ofensa. Como hace unos días que vengo
planteando el debate sobre el respeto a los libros ‒a raíz del Bookfighting y de un dominó de libros‒
me ha parecido interesante tratar este tema y, aunque yo no lo hago,
ofrecer dos puntos de vista que defienden el hecho de escribir en los
libros no ya como algo lícito sino como una manifestación del amor y del
respeto hacia esos libros.
Uno de ellos es de Robert Bruce, autor del blog 101 books. Robert, que es un gran defensor de la escritura en los libros, dice
que le gusta que cuando termina una novela se vea cómo la ha leído. Al
anotar sus pensamientos en los márgenes, añade, se practica una lectura
más activa y participativa. Además, como argumento extra, incluye un
fragmento de un texto que Time ha publicado hace poco en el que Mortimer Adler, autor del libro Cómo leer un libro, explica por qué nadie debería avergonzarse por escribir en sus libros. Traduzco libremente el texto.
«Cuando compras un libro se establece un derecho
de propiedad con él, como pasa con la ropa o los muebles cuando se
compran. Pero el acto de compra es en realidad solo el preludio de la
posesión en el caso de un libro. La plena propiedad de un libro solo
viene cuando se ha convertido en parte de uno mismo, y la mejor manera
de hacerte a ti mismo parte de él ‒que viene a ser lo mismo‒ es
escribiendo en él.
»¿Por qué escribir en un libro indispensable
cuando se lee? En primer lugar, te mantiene despierto ‒no meramente
consciente, sino despierto de verdad‒. En segundo lugar, la lectura, si
es activa, implica pensar, y el pensamiento tiende a expresarse en
palabras, habladas o escritas. La persona que dice que sabe lo que
piensa, pero no puede expresarlo en general no sabe lo que piensa. En
tercer lugar, escribir tus reacciones ayuda a recordar los pensamientos
del autor.
»La lectura de un libro debe ser una conversación
entre el lector y el autor. Es de suponer que él sabe más sobre el tema
que tú; si no, probablemente no deberías molestarte en leer su libro.
Pero la comprensión es una operación de dos vías; el aprendiz tiene que
interrogarse e interrogar al maestro. Incluso tiene que estar dispuesto a
discutir con él, una vez que entiende lo que le está diciendo. Marcar
un libro es, literalmente, una expresión de tus diferencias o tus
acuerdos con el autor. Es el mayor respeto con que se le puede pagar».
Después de leer esto, ¿sigues pensando que escribir que se leen los estropea y es una falta de respeto?
Fuente:la piedra de sisifo